Seven years ago I decided to buy a one-way ticket and establish myself in a foreign country, England. I chose the city of London because I wanted to learn English. I thought it will be temporary, a six month stay but, I stayed much longer than expected and for sure I will never look back and think it was a bad move.
But, when I got on the first plane Valencia to London, I didn’ t think that I will need to pay a high price. We cannot be in two places at once, and from the moment you land in the new destination, you will always think of all the things you are missing out back home.
When you live abroad, you realize that, you will always be a foreigner. There will always be a part of you that is far away from its home and is missing the country where it belongs.
The other part of you knows and feels that the act of living in another country is an enriching experience and it will changes you forever. Through interacting within a foreign society, you open yourself to new challenges that you would never have encountered in your own country.
And there’s nothing wrong with that, I guess is part of the reason why I left in the first place. I wanted to see myself in a new spot that would force me to get into a new phase of my life.
I had to start from the beginning and adapt to all sort of situation, I learnt a new language, which was terrifying but, it was also rewarding and it allowed me to discover things about myself that I didn’ t know before.
New friends, new cultures, new passions, new ingredients, food and tastes, new hobbies, new habits, new jobs and colleagues etc. started to influence my life.
So I look to the two countries that hold my life and feel that both countries represent and fulfil different parts of me. I have learned to appreciate things that I did not appreciate enough before.
When I think that I have not only dealt with all the obstacles that you find when moving abroad, but managed to build a new life and make some of my dreams come true in a foreign country, the sense of achievement is extremely satisfying.
Even if the city I moved years ago it will not turn to be my residence forever, I have grown as a person and I feel that I will come back to my country one day with my suitcase full of new visions and new dreams. Just as one day I arrived in London with my suitcase enriched with values and family ties that brought potential to my experience abroad.
I am sure a lot of you have similar experiences, hope you have enjoy yours!!
Love
Carmen
Mi experiencia en el extranjero
Hace siete años, decidí comprar un billete de ida e irme a vivir a un país extranjero, Inglaterra.
Elegí la ciudad de Londres porque quería aprender inglés. Pensé que sería temporal, una estancia de seis meses, pero me quedé mucho más tiempo de lo esperado y seguro que nunca miraré hacia atrás y pensaré que fue una mala elección.
Pero, cuando subí al primer avión de Valencia a Londres, no pensé que iba a tener que pagar un precio tan alto. No podemos estar en dos lugares a la vez, y desde el momento en que aterrizas en el nuevo destino, siempre pensarás en todas las cosas que te estás perdiendo en casa.
Cuando vives en el extranjero, te das cuenta de que siempre serás un extranjero. Siempre habrá una parte de ti que está lejos de su hogar y que echa de menos el país al que pertenece. Te sientes con un pie fuera y uno dentro.
La otra parte de ti sabe y siente que el hecho de vivir en otro país es una experiencia enriquecedora y te cambiará para siempre. Al interactuar dentro de una sociedad extranjera, te abres a nuevos desafíos que nunca habrías encontrado en tu país de origen.
Y no hay nada de malo en eso, creo que es parte de la razón por la que me fui en primer lugar. Quería ponerme en una nueva situación que me forzaría a entrar en una nueva etapa de mi vida.
Tuve que adaptarme a todo tipo de situaciones, aprendí un nuevo idioma, comencé desde el principio, que fue aterrador pero también fue gratificante y me permitió descubrir cosas sobre mí misma que antes no sabía.
Nuevos amigos, nuevas culturas, nuevas pasiones, nuevos ingredientes, comida y gustos, nuevos pasatiempos, nuevos hábitos, nuevos trabajos, etc. comenzaron a influir en mi vida.
Así que miro a los dos países que sostienen mi vida y siento que ambos países me representan y definen diferentes partes de mí. Lo mejor de todo es que he aprendido a valor cosas que antes no valoraba lo suficiente.
Cuando pienso que no solo he superado todos los obstáculos que encontré al mudarme al extranjero, sino que he logrado construir una nueva vida y hacer realidad algunos de mis sueños en un país extranjero, la sensación es muy satisfactoria.
Incluso si la ciudad a la que me mudé hace años no sea la ciudad donde viviré para siempre, he crecido como persona y siento que algún día volveré a mi país con mi maleta llena de nuevas visiones y nuevos sueños, al igual que un día llegue a Londres con mi maleta enriquecida de valores y vínculos familiares que aportaron potencial a mi experiencia en el extranjero.
Seguro que muchos de vosotros tenéis historias similares a la mía. Espero que hayáis disfrutado de la experiencia.
Saludos!
Carmen